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Ana Subiela sintió el impulso de expresarse a través de la pintura desde la adolescencia. Su temperamento apasionado halló en el color un lenguaje vibrante, sentido, acorde con su naturaleza creativa y curiosa. Su exploración interior y de las relaciones entre los seres humanos ha inspirado un recorrido pictórico original, que la ha llevado desde la pintura paisajística a la abstracción más pura.
Subiela se propone expresar los paisajes abstractos de la intimidad. Esos momentos casi inaprensibles que suceden entre dos personas, y que la misma energía de la emoción convierte en fugaces. La magia de su pintura capta a través de su libre gestualidad y la intensidad del color aquello que las palabras no alcanzan a decir.